Punmay significa en mapuzugún, idioma mapuce, “se hizo la noche”; con el tiempo esta palabra se fue deformando y fue quedando el nombre Pulmarí. La historia que cuentan los kimce (personas sabias) relata que en este lugar se llevaron a cabo las últimas batallas entre los mapuce y el Ejército Argentino y muchas familias se salvaron de los fusiles del ejército porque se hizo la noche Punmay. En el lugar denominado Koyawe en el año 1883 se libero el último combate dónde se destaco la resistencia mapuce encabezada por el Longko Rewke Kura hermano del Toki Kalfukura y tío del Longko Juan Namunkura, nacido en Punmay.
En la Provincia de Neuquén, la creación de reservas indígenas se retrotrae a las décadas del 60’ y 70’ cuando se sancionaron leyes tendientes a regularizar la ocupación territorial de las agrupaciones Mapuce.
Es durante el período 1963-1966 cuando fue dictado el Decreto N° 737/64 y sus complementarios, a través de los cuales se concedía a un cierto número de comunidades indígenas el usufructo de la tierra que ocupaban, mencionando que en un futuro y luego de efectuadas las mensuras de las tierras se entregarían los títulos de propiedad. Por este motivo, al comenzar la década del 70’ existían en la provincia 23 comunidades con tierras reconocidas y muchas otras asentadas de hecho o con “permisos precarios”. En los 80’ se dispuso el reconocimiento de nuevas “reservas” con lo cual ascendió a 30 el número de “comunidades” reconocidas en la provincia.
La reforma de la Constitución Provincial del año 2006 ha innovado de modo significativo en lo que refiere a la protección de los derechos de los pueblos indígenas, reconociendo la preexistencia étnica y cultural de los mismos como parte inescindible de la identidad e idiosincrasia provincial, como asimismo, la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan (art.53).
En el territorio de Pulmarí encontramos las siguientes comunidades: Currumil, Catalán, Aigo, Puel, Ñorquinco y Hiengueihual.
Las Comunidades cuentan con una organización interna desarrollada, según la definición de las propias organizaciones Mapuce “El Lof o comunidad está integrado por una o varias familias. La familia nuclear es el grupo primario por excelencia, constituyendo la unidad social más pequeña sobre la cual se desenvuelven las actividades productivas, en las que participan todos sus miembros».
“Cada comunidad se encuentra dirigida por un Logko (jefe), cuya función principal es administrar los recursos del Lof, especialmente las tierras y distribuir su uso, además de otras tareas de enlace con el gobierno local y nacional. Si bien anteriormente la jefatura era hereditaria, ahora los Logko son electos por dos (2) años por los miembros de la comunidad, (asamblea), pudiendo ser re-electos en sus funciones. Asimismo, cada comunidad con un Consejo Directivo que cumple funciones de administración del territorio y los recursos y sirve de enlace con las instituciones de gobierno locales. Existen otros cargos tradicionales tales como los Werken que han venido revalorizándose y recuperándose a partir de la labor de las organizaciones Mapuce.”
El órgano político que nuclea a todas las Comunidades del Departamento Aluminé se denomina Consejo Zonal Pewence, actualmente a cargo del Longko Daniel Sazalar y está organizado de la siguiente manera:
Asimismo, el Comanejo es un ámbito de participación para la toma de decisiones relacionadas con la administración de territorios de Comunidades Mapuches que se encuentran en jurisdicción del Parque Nacional Lanín y el área de influencia de la Corporación Interestadual Pulmarí.
El Durante el período1963-1966 fue dictado el Decreto N° 737/64 y sus complementarios, a través de los cuales se concedía a un cierto número de comunidades indígenas el usufructo de la tierra que ocupaban, mencionando que en un futuro y luego de efectuadas las mensuras de las tierras se entregarían los títulos de propiedad. Por este motivo, al comenzar la década del 70’ existían en la provincia 23 comunidades con tierras reconocidas y muchas otras asentadas de hecho o con “permisos precarios”. En los 80’, se dispuso el reconocimiento de nuevas “reservas” con lo cual ascendió a 30 el número de “comunidades” reconocidas en la provincia.